La fachada de una casa es lo primero que se ve, y mantenerla en buen estado es fundamental. Las inclemencias del tiempo, la polución y el paso del tiempo pueden hacer que la fachada se deteriore y pierda su aspecto original. En este artículo te enseñaremos cómo sanear la fachada para que vuelva a lucir como nueva.
Paso 1: Limpieza de la fachada
El primer paso para sanear la fachada es la limpieza. Es importante eliminar la suciedad y el moho acumulado para poder ver el verdadero estado de la fachada. Para ello, podemos optar por una limpieza con agua a presión o utilizar productos específicos para la limpieza de fachadas. Si la fachada tiene manchas difíciles de quitar, podemos recurrir a la arena a presión, que nos permitirá eliminar las manchas sin dañar el ladrillo o la piedra.
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Una vez limpia la fachada, es el momento de detectar y reparar las grietas y los desperfectos. Podemos utilizar masilla especial para fachadas o, en caso de que la grieta sea muy grande, cemento de fraguado rápido. Es importante que la superficie esté completamente seca antes de aplicar la masilla o el cemento. Una vez aplicado el producto, es recomendable dejar secar durante al menos 24 horas antes de continuar con los siguientes pasos del saneamiento.
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Las humedades pueden ser una de las principales causas de los desperfectos en la fachada. Por eso, es importante detectar y tratar las humedades antes de continuar con el saneamiento de la fachada. Podemos utilizar productos específicos para el tratamiento de humedades o recurrir a profesionales que nos ayuden a encontrar la solución adecuada para cada caso.
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Una vez que hemos reparado los desperfectos y tratado las humedades, podemos proceder a la pintura o revestimiento de la fachada. En el mercado encontramos una amplia variedad de productos específicos para fachadas, como pinturas antihumedad o revestimientos cerámicos. Es importante elegir el producto adecuado según el tipo de fachada y las condiciones climatológicas de la zona.
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Una vez saneada la fachada, es importante mantenerla en buen estado. Para ello, es recomendable realizar una limpieza periódica y controlar el estado de la fachada regularmente para detectar posibles desperfectos o humedades a tiempo. También es importante aplicar un producto de protección que nos ayude a mantener la fachada en buen estado durante más tiempo.
Palabras clave: mantenimiento fachada, limpieza periódica, control estado fachada, producto protección fachada.En definitiva, sanear la fachada de nuestra casa es fundamental para mantenerla en buen estado y evitar problemas mayores a largo plazo. Siguiendo estos pasos y utilizando los productos adecuados para cada caso, podremos conseguir resultados espectaculares y alargar la vida de nuestra fachada durante muchos años.
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